Pasión por la literatura

7 libros que cambiaron mi vida

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Fuente: LittleVisuals

Algo que suele sorprender mucho a la gente cuando lo comento es que cuando era pequeña, odiaba leer. No conseguía que ningún libro me iniciara en el hábito lector pese a que me regalasen libros y libros. Viéndome ahora, resulta bastante irónico… pero lo cierto es que MUCHA (y cuando digo mucha, es MUCHA) gente ha estado en mi situación y ha llegado a pensar que era de ése tipo de personas a las que no le gusta leer.

He escuchado cientos de veces comentarios tipo «a mi me encantaría leer tanto como lo haces tú, pero es que no me gusta«. Hay muchos padres que se desesperan con sus hijos, pues ven que todos sus intentos por inculcar la lectura en sus pequeños son en balde. Pero os diré un secreto: a todo el mundo le gusta leer. 
No me refiero que debas leer un libro o varios a la semana. Ni que tengas que leer de todo ni cada libro que sale nuevo. Me refiero a que existen libros para todo tipo de personas y por ello, es muy difícil que no haya ninguno que no encaje contigo o que no termine de gustarte alguna cosa de él. 
Uno de los grandes problemas de iniciarse en la lectura, es que relacionamos este hábito con los libros que nos obligaban a leer en el colegio e instituto. Es normal que libros como El Quijote sean una lectura obligatoria por ser un clásico pero quizá no sea una buena lectura para aquellos que no están acostumbrados a leer (de hecho, yo misma no conseguí terminarlo cuando me tocó hacerlo).

Realmente creo que es un detalle que pasa desapercibido y que se olvida cuando pasamos por los cursos, quizá concienciados en que es importante aprobar y pasar al siguiente nivel. Aprendemos a leer como aprendemos a escribir, a sumar, a restar…  a colorear, etc. Lo aprendemos como una cosa obligatoria a la que debemos enfrentarnos llegados a cierta edad y ahí es donde reside el error.

La lectura, debería enfocarse como una liberación del intelecto para cualquier edad. Cuando veo en series y películas americanas que los protagonistas asisten a clases de literatura donde los profesores les enseñan a extraer la esencia de los libros y a saberlos apreciar, siento verdadera envidia de que nuestro sistema educativo dé de lado algo tan importante. De hecho, solo recuerdo una ocasión en la que en una clase nos hicieron hablar del libro que habíamos leído en voz alta ( un libro que incluso nos dejaron elegir a nosotros mismos).

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Cada persona es un mundo y cada uno madura de una forma y en un momento concreto. Por ello creo que muchas lecturas que se suelen mandar en los colegios no son del todo adecuadas para niños. O mejor dicho, la forma en las que esas lecturas son introducidas en sus vidas (aunque claro, yo ni soy docente ni profesional del sector. Simplemente es mi opinión).

Muchos libros se mandan leer a los niños en vacaciones a modo de «deberes» o como trabajos extra… casi como castigos. Y quizá ésta sea la razón por la que se vea más como una obligación y no como ocio.

Cuando era pequeña, me aburrían de forma sobrehumana los libros que nos «obligaban» a leer. Me parecía que eran muy sencillos y que no eran realmente atractivos para nuestra edad… por ello los leía como un tema de una asignatura (la tarde de antes de la fecha límite), con la finalidad de hacer un resumen para entregar y no de disfrutar de la lectura en sí.

Sin embargo, cuando cumplí los once/doce años, me regalaron algo que provocó en mí un antes y un después: Harry Potter y la Piedra Filosofal. No podéis imaginaros lo que supuso para mí descubrir un libro que consiguiera engancharme y pegarme a sus hojas de la forma que éste lo hizo (y sin obligación alguna). Consiguió hacer que lo devorara desde la primera a la última página y que tuviera ganas de leer el siguiente. Y el siguiente. Y el siguiente. Me encantó la magia y el mundo que Rowling creó alrededor del «niño que sobrevivió». Y cuando terminé los libros publicados (que eran dos o tres) sentí la necesidad de descubrir otros libros que me gustasen como éste ( hasta que se publicara el siguiente ), y fue entonces cuando me di cuenta de que había conseguido reconciliarme con la literatura.

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Puede que tarde en llegar ese momento, pero con este artículo quiero demostrar que cualquiera lleva en su interior a un lector en potencia y que puede ocurrir con cualquier libro. En mi caso, fue con Harry Potter quizá porque los protagonistas tuvieran mi misma edad y creciera con ellos, quizá por el mundo de magia y criaturas fantásticas que vivían en él. Sin embargo, este vínculo puede surgir con cualquier libro: puede ser una novela policiaca, El Principito, una lectura tipo Chick Lit e incluso uno de romántica. El caso es que te guste, que disfrutes de su trama y que sepas que puedes encontrar muchos más como ése. Sin importar la edad «que diga en la portada» o lo que supuestamente se deba leer o no.

☞ En mi caso, los siete libros de Harry Potter supusieron un antes y un después en mi vida y me animaron a seguir leyendo y descubriendo historias. ¿Cuál fue TU libro?

Nos leemos,

 

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Miryam Artigas
Miryam Artigas

¡Hola! Soy Miryam Artigas, y llevo escribiendo en esta web desde julio de 2009. Adoro leer, la fotografía, ver películas y series, cuidar mis plantas y hacer yoga.

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