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Ni Bookshop ni Amazon: la culpa es de (nosotros) los lectores

Bookshop

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Hace unos días la mayoría de medios comenzaron a publicar noticias relacionadas con la llegada a España de Bookshop, tras desarrollarse en Estados Unidos y Reino Unido: «El Amazon independiente», «El Amazon solidario» (esto reconozco que me provocó un escalofrío), «Un Amazon alternativo para librerías independientes» citaban muchos de los titulares. Y tras leer la información de varios medios comencé a escribir estas líneas.

Qué es Booshop: la plataforma de venta online de libros

Bookshop es una plataforma de venta online de libros. Aunque pueda parecerse, su posicionamiento es distinto al que podría tener Amazon: ofrece un mapa interactivo de librerías asociadas y, con cada compra, puedes elegir «donar» un porcentaje del coste del libro a esa librería. A cambio de encargarse de la distribución de los libros, la plataforma adquiere los datos de los clientes de las librerías con fines comerciales. Y, los libreros, pueden tener su espacio a modo de landing con recomendaciones hechas por ellos y pueden usarlo para promocionarlo en sus canales (redes sociales, newsletters, etc).

Creo firmemente que los proyectos alternativos (como TodosTusLibros) que fomenten el descubrimiento de librerías y permitan digitalizar el sector, debe ser estudiada y al menos considerada. Pero también creo que los medios están adornando con «tiritas» una herida que lleva tiempo supurando. Quizá, en vez de ir cambiándola por la tirita marrón de toda la vida o una más bonita estilo Hello Kitty, ha llegado la hora de levantarla, echar un vistazo a su estado y tomar una decisión. Quizá esa decisión sea un antibiótico. O puede que requiera de otro tipo de medidas. Pero si seguimos tapándolo con etiquetas bonitas, nunca llegaremos a cortar de raíz el problema.

Bookshop en España
Portada de la página web de Bookshop en España

¿Por qué deben las librerías trabajar para una plataforma online que le de un % de sus ventas? ¿No sería mejor, potenciar el comercio online de cada una de ellas? Si el objetivo es redirigir gente a las librerías, ¿no deberían potenciar las actividades o iniciativas que se desarrollen en las mismas?

Amazon no es el culpable de la caída del sector editorial

Puede que sea una afirmación dolorosa pero llevamos leyendo, desde hace años, cientos de titulares sobre cómo las librerías deben luchar contra Amazon. De cómo Amazon está provocando el cierre de las librerías de barrio y cómo está haciendo desplomar el sector. Y no es del todo verdad.

Lo que sí ha hecho Amazon es promover un modo de consumo rápido, frenético, con unos plazos de entrega que resultan imposibles de igualar por parte de una librería independiente. Sin entrar en las condiciones de los trabajadores o las críticas que pueda tener la empresa en su modo de negocio. Pero lo cierto es que los medios se están aprovechando de tener un «enemigo» común para enmascarar la verdadera problemática.

Porque han sido precisamente los lectores los que han permitido que esto ocurriera. Lectores que consideran imprescindible tener un libro en casa al día siguiente sin ir a comprarlo físicamente. Lectores que quizá no tengan tiempo de acercarse a la librería porque tienen un trabajo que directamente no se lo permite. Lectores que quizá tengan movilidad reducida. O lectores se aburren en casa y mientras ven la televisión navegan por el catálogo de productos de Amazon y compran de forma impulsiva. Pero, ¿es realmente necesaria esta inmediatez?

Los problemas de la romantización del sector editorial

Llevo unas semanas dándole vueltas. Creo que los millennials tenemos un trabajo de socialización enorme por delante. Nos da pánico hablar por teléfono o ir a comprar a una carnicería y pedir lo que queremos. Al igual que muchos compran en la caja automática por las prisas en vez de esperar y que un cajero de carne y hueso te ayude a realizar la compra.

Nos estamos desvirtualizando, aunque estemos más conectados que nunca. Por eso entramos a establecimientos y compramos con los auriculares puestos, sin mirar a la cara a la persona que hay detrás del mostrador. Por eso andamos por las calles con la vista pegada al móvil. Por eso compramos en plataformas como Bookshop o Amazon. Por eso hay gente recorriendo las ciudades en bici, cargando sobre sus espaldas cientos de paquetes, para traérnoslo a nuestra puerta. Por eso no hacemos nada por pararlo.

Si queremos que los barrios sigan vivos, si de verdad queremos que nuestros vecinos mantengan una calidad de vida y tengan una forma de vivir, debemos tomar de nuevo las calles. Debemos ir a la librería. Debemos ir a la carnicería. Debemos ir al supermercado. Debemos pensar qué peso tienen nuestras formas de consumo. Porque si eliminamos a las personas de nuestra vida, tendremos un barrio vacío. Digitalizado sí, pero vacío.

El futuro de las librerías

Nos hemos olvidado que la digitalización es un medio, no un fin en sí mismo. Por supuesto que es importante vender por Internet, tener tu propia web e incluso, si tus recursos lo permiten, un blog. Evidentemente necesitas tener canales en redes sociales para dar a conocer tu negocio. Todo eso es importante. Pero es vital porque tiene como objetivo dar a conocer las librerías y hacer que cada vez más gente transite por ellas. Pero no sé hasta que punto una librería debería invertir su tiempo -escaso- y sus recursos -también escasos- para trabajar para un tercero (como puede ser Bookshop) cuando lo realmente valioso sería trabajar en su propio modelo de negocio.

Y es que tendemos a pensar que las librerías son un oasis, un oficio idílico casi solidario. Pero lo que olvidamos es que las librerías son igual que cualquier otro negocio. Que necesita clientes, que necesita dinero. Que necesita vida. No necesitan un % por caridad. Las librerías necesitan llenarse de personas (cuando el COVID lo permita). Necesitan volver a convertirse en un epicentro cultural donde las conversaciones ocurran. Donde los autores transiten y las ideas surjan. Necesitan facilidades, también digitalizarse.

Así que si tu, lector, quieres poder disfrutar de largos paseos por librerías, continúa visitándolas. Por pequeña que creas que es, tu compra es un acto revolucionario. Y si tú, librero, quieres luchar por digitalizarte, apuesta por tener tu propia web. Bookshop puede ser un canal extra en tu estrategia de negocio. Pero nadie mejor que tu podrá crear tu propia presencia online, liderada solo por ti.

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Miryam Artigas
Miryam Artigas

¡Hola! Soy Miryam Artigas, y llevo escribiendo en esta web desde julio de 2009. Adoro leer, la fotografía, ver películas y series, cuidar mis plantas y hacer yoga.

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