
15 Ene Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Pan de limón con semillas de amapola fue una lectura que salió elegida en MadriLeo. Por lo general no os hablaría de este libro pero creo que, en este caso, es necesario. Quienes sigáis mi blog hace tiempo sabréis que no suelo publicar reseñas negativas. Por lo general, cuando un libro no me gusta, lo que hago es (a) abandonarlo o (b) no perder tiempo en reseñarlo y centrarme en los libros buenos. Creo que en el mundo hay demasiados libros como para perder el tiempo criticándolos… pero con éste no lo he podido evitar.
Mis intenciones son claras: quiero quejarme y quedarme a gusto por el tiempo que he perdido leyéndolo. ¿Por qué? Porque es un superventas que no llega a la altura de un mal fan ficition y porque parece que no lo ha revisado ningún corrector. Si os gustó, si no, si pensáis leerlo o si habéis sufrido como yo… bienvenidos.
De qué trata Pan de limón con semillas de amapola
El libro cuenta la historia de dos hermanas: Marina y Anna. La primera se fue muy joven de Mallorca, su ciudad natal, para estudiar medicina en una prestigiosa universidad de Estados Unidos. Después de eso, decidió inscribirse en Médicos Sin Fronteras y recorrer el mundo salvando vidas. Por lo contrario, su hermana Anna, se quedó en la isla y se casó siendo muy joven. Años después ambas vuelven a encontrarse: El motivo es que heredan un molino y una panadería, aunque no tienen claro por qué ni de quién. Y aquí comienza la historia.
A partir de este momento, la historia de Pan de limón con semillas de amapola se centra en la vida de ellas en la isla. De cómo intentará encontrar su sitio Marina y conectar con sus orígenes. De descubrir por qué han heredado el molino y la panadería. Y, de hecho, si nos quedásemos en este punto, el libro tendría unos buenos pilares: una historia interesante aunque poco original, dos personajes femeninos que pueden aportar diferentes perspectivas por lo que han vivido y un escenario idílico. Pero, lamentablemente, se queda solo en el intento. Y os cuento por qué a continuación:
Lo cierto es que con las mallorquinas lo tenía más complicado, por eso de que había que respetarlas, eran de religión católica y unas estrechas, pero con las guiris rubias que se desperdigaban por la isla en verano era un crack. Chapurreaba un par de palabras mal aprendidas en inglés, ls cogía por la cintura y con todo el arte y un poco de calimocho se las llevaba a la playa.
Lo que hace insufrible este libro
En primer lugar, lo que más me indignó fue la forma de narrar. Al pasar las páginas me dio la sensación de que estaba leyendo el guion de una película y no un libro. ¿Por qué? Por la forma de insultar a la inteligencia del lector destripando y definiendo absolutamente todos los detalles que definían a cada personaje. Y eso no es todo: que cada personaje cumpliera al pie de la letra todos y cada uno de los estereotipos rancios: la mujer sumisa, la aventurera, el marido . El libro está lleno de clichés, de tópicos y líneas argumentales más que previsibles. No hay ninguna sorpresa, nada que se quede a tu imaginación ni que te ayude a recrearte en la historia. Simplemente te cuelan la historia como a un niño que no tiene apetito y le tienen que alimentar. Vamos, que deja cero a la imaginación.
Seguramente, el sevillano prepararía una tortilla de patatas con mucha cebolla para compartirla con todos y sobre todo para impresionar a la nueva cooperante, francesa y cursi, que había aterrizado en el proyecto.

Cristina Campos, autora de Pan de limón con semillas de amapola
En segundo lugar, me chocó muchísimo la poca coherencia a la hora de narrar. En algunos capítulos Cristina Campos dotaba a la narración de un edulcorado e innecesario lenguaje moñas, mientras que, cuando quería resaltar quién era el malo malísimo del libro, llega a ser hasta desagradable. No dejaba nada a la inteligencia ni permitía que los personajes crecieran por sí solos y denotaran cosas de su personalidad. Y además resultaba muy artificial todo: No conseguí conectar con los personajes en ningún momento. Sin contar en que habían distintos errores en la línea de la historia que hacían perderte totalmente en el argumento…
Y en tercer lugar, por los elementos machistas que ambadurnan el libro. Aunque las protagonistas son dos mujeres y la historia trata sobre cómo consiguen salir adelante ellas solas, el libro estaba plagado de frases machistas. Y lo peor de todo es que no creo que la autora sea machista. Solo que en este libro no ha sabido escribirlo de forma que los personajes hablen por sí solos y no ha comprendido que no hace falta explicar cada detalle y suceso para entender el contexto y la situación (o prefiero pensar eso).
– Niños que no deben nacer nacen y, sin embargo, niños que quizás deberían haber nacido no nacen…, porque sus madres se lo impiden -concluyó Marina echando el chapati en la sartén.
En definitiva, Pan de limón con semillas de amapolaha sido una lectura que no he disfrutado y que me ha traído más enfados que otra cosa. Me cuesta aceptar que se haya publicado. También que tenga tan buenas críticas. Pero lo que más me sorprende es haber podido terminarlo. ¿Vosotros lo habéis leído? Si es así contadme qué os ha parecido, en especial si os ha gustado. Tengo muchísima curiosidad de saber por qué.
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De lector a lector
Posted at 18:48h, 15 eneroPues es verdad, parece que hemos leído libros distintos. Besos.
Miryam Artigas
Posted at 10:14h, 16 enero¿A que si? Jajaja me alegro que lo disfrutaras 🙂
Teresa
Posted at 19:22h, 15 eneroEs verdad eso que dicen de que no hay dos lectores de un mismo libro. A mí me gustó mucho, me pareció una historia bonita y de la que guardo buen recuerdo. Un beso.
Miryam Artigas
Posted at 10:14h, 16 eneroSi, es muy curioso. Menos mal que hay tantos libros como lectores 🙂
Sandra Clemente
Posted at 23:46h, 08 febrero¡Hola Myriam!
Por fin he encontrado a alguien que opina lo mismo que yo de este libro. Personalmente, la historia inicial no me pareció mal aunque fuera un poco previsible, un poco estereotipo de hermana que lo deja todo por hacer el bien y por algún trauma y la otra que es una esposa estupendísima a la que no le va bien el matrimonio al que ha dedicado toda su vida. Previsible pero pase. Ahora cuando la historia empieza a meter más clichés como el primer novio de Ana o su hija… por favor, ¿se puede ser más superficial y más machista?
Yo, como tú, acabé muuuy cabreada el libro. Lo que podía haber sido una buena historia aunque previsible, se convirtió en un contínuo ir y venir de estereotipos.
Muchísimas gracias por tu reseña. Me dejas mucho más tranquila.
Un besote
P.D. Y cómo vuelva a ver escrito la palabra ONG como «oenegé», tiro el libro por la ventana ?