Los últimos románticos llegó a mi en agosto, aunque no fue hasta un mes después cuando de verdad encontré el momento para conocer a Irune, su protagonista. Y para acercarme a Txani Rodríguez, su autora.

Pero me alegro tanto de haberlo hecho y de haber descubierto este libro lleno de matices, de crítica y de realidad, que te cala los huesos poco a poco como si estuvieses en ese pueblo industrial junto a su protagonista. Una historia tan bien escrita y cuidada que dan ganas de abrazarla.


"Las cosas pasaron como pasan los trenes de mercancías: con un estruendo de velocidad anunciado desde lejos".


¡Yipa! Ya sabes, el típico banner obligatorio de Cookies. Si aceptas podré saber cuántas visitas reciben mis artículos.    A ver, cuéntame de qué va esto.
Privacidad